¿Amar a Dios y al prójimo? o ¿Amar a Dios y al prójimo, siempre y cuando piense como yo?. Éste es un dilema interno que el cristiano debe aprender a resolver a la luz de las enseñanzas del evangelio. Con demasiada frecuencia pensamos  y definimos a Dios según nuestros propios criterios humanos y mezquinos, y  actuamos conforme a ello. O lo que es peor aún: Hablamos del Dios de la misericordia, pero actuamos como verdaderos paganos que  nunca oyeron hablar del Dios del amor, la misericordia y la compasión..
P. Javier Rojas sj

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