Tenemos mucho por aprender los adultos de los niños si queremos comprender nuestra fe. Jesús hablaba a los niños esperando que los adultos entendieran. La sencillez de la mirada de un niño en este mundo “complicado” de adultos es lo único que nos puede ayudar a encontrar la verdad que se oculta a la mirada de los sabios e inteligentes.

P. Javier Rojas sj

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