Me conduces
con tanta sabiduría Señor. Tu pedagogía
es perfecta, como perfectos son tus tiempos y tus obras. Por momentos me resultan incomprensibles tus designios,
pero a la larga descubro tus maravillas.
Sigue
educándome Señor. Sigue. Tú lo sabes
todo. Sabes lo que me conviene para crecer
como persona. Sabes lo que me acerca a
Ti y lo que me aleja de tu Fuente.
Edúcame
Señor. Deja que tu Verdad me transforme para que sea una digna hija tuya.
Soy débil
Señor, pero de tu mano me hago fuerte.
@Ale
Vallina
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