A los cristianos nos han educado en el respeto a la persona. Nos han enseñado que se  "condena el pecado no al pecador..." Pero la realidad muchas veces es que hay gente que traga santo y “tira” diablo y que aún no ha entendido el mensaje de Jesucristo. Muchas veces, nuestra visión del pecado absorbe a la persona y la condena junto con su comportamiento. Nos olvidamos con frecuencia que en el corazón de todo ser humano siempre está latiendo la presencia amorosa de Dios, del Dios que espera, acoge y perdona.
P. Javier Rojas sj

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