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Mostrando entradas de 2013
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Haz el amor, y no el odio, haz la paz, y no la guerra. Si tienes ganas de bronca, haz crucigramas, y déjate de pendencias. Haz de tu casa un hogar, y no un refugio antiprójimo, Haz, con tus manos, sombras chinescas para alegrar a los niños tristes. Ahueca las manos, haz con ellas un megáfono, llévatelas a la boca, y ahora grita, a pleno pulmón, que ya está bien de poner barreras entre hombres, entre pueblos, entre historias, entre “nosotros” y “ellos”. Haz, en tu porción de tierra, un jardín, un huerto, o un parque, no una trinchera. José Mª R. Olaizola, sj
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Hoy quisiera ser pastor Ser el primero en llegarme hasta Ti, Señor, y bendecir tu Nombre. Arrodillarme con lo todo lo que soy, pienso y tengo y postrarme, sabedor, de que mi corazón a veces anda demasiado perdido en las montañas del mundo. Hoy quisiera ser pastor, Señor. Y, en medio de la noche fría, que fueran mis palabras calor en tu regazo, o, que en la oscuridad y silencio de tu Nacimiento, fuese mi FE lámpara que iluminase las sombras y los rostros de este establo. ¿Me dejas ser pastor, Señor? No tengo más riqueza que la vida que Dios me ha dado. Ni más dulce, que la alegría de tu alumbramiento. Ni más apoyo, que el saber que Tú has venido a nuestro lado. Hoy quisiera ser pastor, Señor. Por ello mismo, he dejado los valles de mi comodidad. Porque, la noticia que tus Ángeles me han dado, ha rebasado con creces, la importancia de todo lo que yo estaba haciendo. ¡Déjame ser pastor, en estas horas, mi Señor! Me ha costado esfuerzo llegar hasta Belén. Me perdido por otros senderos, c
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Cuando el amor te llame, síguelo, Aunque su camino sea arduo y penoso, Y cuando sus alas te envuelvan entrégate, Aunque la espada entre ellas, disimuladamente, te lastimara. Y cuando te habla, cree en él, Aunque su voz desgarre tus sueños, Como el viento del norte agosta el jardín, Porque así como el amor te enaltece, así te crucifica. Así, como te acrece, así te poda, Así como te eleva a lo más alto, Y acaricia tus ramas más tiernas, Que palpitan bajo el sol, Así descenderás hasta tus raíces, Y las conmoverá en un abrazo con la tierra. Todo esto hará el amor en ti, Para que puedas entender los secretos de tu corazón, Y convertirte , por ese entendimiento, En un fragmento del corazón de la vida. KALHIL GIBRÁN.
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Es maravillosa la sencillez de la Navidad. Allí está María, la madre. También está José, el esposo de María. Gente sencilla y simple, tal como nosotros. Allí están los pastores, la primera congregación navideña. Eran gente humilde que vivían apegados a las cosas creadas por Dios: la tierra era la alfombra que pisaban sus pies, y el sol y las estrellas el techo que los cobijaba. Allí está el niño también. No hay allí las pompas ni las circunstancias de la vida; solamente la sencillez de lo divino. Esta sencillez es lo maravilloso de la Navidad. Allí todos podemos llegar suplicantes. No es un trono de exaltación humana, sino el trono de la divina sencillez. Allí todos podemos adorarle y reconocer en la sencillez del Niño, el significado del amor redentor de Dios. Allí podemos llevar nuestro gozo y nuestros pesares. Nuestro gozo será bendecido y nuestro pesar será aligerado. Allí podemos recibir fortaleza para los días venideros, luz para los días venideros. Y la Luz que re
Nadal de Luintra - Berrogüetto
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Nos dice Ignacio de Loyola en su Ejercicios Espirituales que estando las Tres Personas de la Santísima Trinidad mirando la redondez de la tierra advierten el sufrimiento de los hombres y mujeres desolados por el pecado, la tristeza y la violencia. Así es que deciden mandar a la Segunda Persona a este mundo para hacer redención del género humano… De este modo el Hijo se encarna en María y por amor, al resguardo del Altísimo, crece en su bendito vientre. Únicamente un amor grandioso, que “ama amando” puede irrumpir en el mundo desordenado y violento para sacar consolación del desconsuelo, y esperanza del desánimo. Sólo un amor al que le duele la desgracia de los hombres hasta hacerse uno como ellos, puede llegar para sanar y salvar, en una solidaridad inaudita que no busca sino el bien de los demás. Y Jesús se abaja... Viene hacia nosotros. Nace en la pobreza de un pesebre alejado de todo poderío y lujo. Y en el silencio de una noche fría poblada de estrellas, entre el asombr
Amar con Sabiduría
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«Éste fue el origen de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José, y antes del matrimonio, resultó que estaba embarazada, por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, pensó abandonarla en secreto. Ya lo tenía decidido, cuando un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: -José hijo de David, no temas recibir a Maria como esposa tuya, pues la criatura que espera es obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, al quien llamarás Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por medio del profeta: Mira, la virgen está embarazada, dará a luz un hijo que se llamará Emmanuel, -que significa: Dios con nosotros-. Cuando José se despertó del sueño, hizo lo que el ángel del Señor le había ordenado y recibió a María como esposa.» Mt 1, 18-24 José, el padre adoptivo de Jesús, es uno de lo
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Después, cuando menos lo esperas aparece más fresca la vida. Y cuanto más alto miras, cuanto más te sorprendes más pequeños, más de rodillas eres ante Dios. Después, cuando menos lo esperas el tiempo ha marcado su ritmo, y un sendero por dentro ha tejido otra entraña más viva. Entonces apareces más hermano, más hijo, más... de rodillas. Es casi sin querer, al compás del deseo, de la ilusión, como el hombre va haciéndose criatura, más a la imagen del corazón del amor. Y después, cuando menos lo esperas no puedes menos que querer de rodillas. Isidro Cuervo
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Ven a nuestra casa, Señor. Está oscura y necesita de tu luz Se encuentra indecorosa, y necesitada de tu gracia La hemos resquebrajado, y necesita de tu mano Es incómoda, y necesita de tu presencia Ven a nuestra casa, Señor. Está vacía, necesita tu aliento Está débil, requiere tu fuerza Está cerrada, solicita la llave de tu amor Está sin cimientos, necesita la roca de tu Palabra Ven a nuestra casa, Señor. No tardes en llegar, no sea que se arruine No tardes en llegar, no sea que la estropeemos para siempre No tardes en llegar, no sea que perezcamos dentro de ella No tardes en llegar, no sea que caigamos en la desesperanza Ven a nuestra casa, Señor. Y, si encuentras el portón cerrado, no dudes en llamar Y, si hallas sus ventanas cerradas, míranos a través de sus cristales Y, ves que la chimenea no humea, calienta Tú nuestro hogar Y, si escuchas demasiado ruido, pon calma dentro de ella ¡Sí, Señor! ¡Ven a nuestra casa! La casa de nuestr
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“Ven, ven, Señor, no tardes. Ven, ven, que te esperamos. Ven, ven, Señor, no tardes, ven pronto, Señor. El mundo muere de frío, el alma perdió el calor, los hombres no son hermanos, el mundo no tiene amor. Envuelto en sombría noche, el mundo, sin paz, no ve; buscando va una esperanza, buscando, Señor, tu fe. Al mundo le falta vida, al mundo le falta luz, al mundo le falta el cielo, al mundo le faltas Tú”. Liturgia de las Horas
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Revisar la propia vida desde la perspectiva de la venida del Hijo de Dios, nos ayuda a “hacer lugar” en corazón. Y si no logras ordenar tu vida como desearías, no le cierres la puerta. Y si por miedo o vergüenza arrimas la puerta no cierres la ventana… Él quiere hacer morada en tu vida. P. Javier Rojas sj
El huachitorito. Los Fronterizos 1959
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En ocasiones nos abruma más la piedrita que llevamos dentro del zapato que el camino que tenemos por delante. Esas pequeñas molestias cotidianas suelen reducir nuestra energía vital, y de algún modo, van tiñendo de agobio las horas, los días y las semanas. ¿No será, acaso, que te tomas las cosas demasiado a la tremenda? ¿No será quizá que te has olvidado de una buena siesta, de un mate con los amigos o de una buena lectura? ¿Cuándo fue la última vez que soñaste con los ojos abiertos? ¿Hace cuánto que no te relajas y te diviertes sin pensar en el mañana? Tal vez, si comenzaras hoy a sacudir el zapato, notarías que la piedrita es pequeña pero que de tanto andar sobre ella te está hiriendo intensamente. Claro que hay problemas reales. El hambre, la violencia, las guerras evidentes y las no tanto, la contaminación….pero de lo que hoy hablo aquí es de las absurdas heridas que nos auto infligimos, de los fantasmas que inventamos y de los problemas que nuestra mente crea… ¿Y si comenzaras
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Si estás cansado y agobiado. Si el fin de año ha llegado con infinidad de exigencias laborales o familiares. Si sientes que los días se pasan volando y apenas te alcanzan para todo lo que te habías propuesto. Si percibes que estás envuelto en el torbellino de los “debería hacer”, “debería ser”, “debería alcanzar”. Si te sientes malhumorado u ofendido…Cálmate. Respira. Flexibiliza tu mirada. Enfócate en tus logros, en tus seres amados incondicionales, en todas las montañas que has subido, en todos los puentes que has cruzado y en todos los escollos que has superado. Y, por sobre todas las cosas, posa tu mirada en El que pronto llega. Él viene a traerte la esperanza que hoy te falta y la paz que tu corazón anhela. No te inquietes de más. Enfócate en el Niño que te viene… @Ale Vallina