ADVIENTO: Tiempo para aprender a
estar con Dios en silencio...
Tiempo para acallar la mente y
escuchar la Presencia.
Tiempo para estar con Dios, siempre
presente, y siempre a la espera.
Tiempo para poner atención al
Misterio que nos habita, nos sostiene y nos constituye.
Tiempo para acercarnos a nuestra
interioridad, aceptarnos y acogernos amorosamente.
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