Podemos hacer del Padre Hurtado una estampita, un cuadro para colgar, un ídolo... alguien que está en nuestros muros para recordarle cada 18 de agosto. Ahí no molesta, no pregunta, no incomoda, no toca la vida... no compromete.
Pido para que la memoria del Padre Hurtado nos golpee el corazón... no para hacer lo que él hizo, sino para que nos atrevamos a mirar nuestras calles y preguntarnos qué voy a hacer yo para que nuestro mundo sea más justo y alegre.
Nemo Castelli sj
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