Del Evangelio de hoy
 Pedro preguntó a Jesús: Señor, ¿cuántas veces deberé perdonar a mi hermano, si me hace algo malo? ¿Hasta siete?
Jesús le contestó: No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.
Mt 18, 21-35.

El Evangelio de hoy nos pone frente a frente con la realidad de que perdonar no es un proceso fácil. De hecho, el propio Jesús, nos dice que debemos perdonar "siempre" ( expresión: setenta veces siete).
Perdonar es siempre un proceso, a veces lento. En ocasiones, no tanto. Pero sobre todo es una GRACIA que nos otorga el Señor.
Perdonar es siempre "liberador". Lo digo por propia experiencia. Cuando llega el perdón a nuestra vida, un velo comienza a correrse, y vemos con ojos "nuevos" lo que antes nos causaba irritación...
En general, a quienes tenemos que perdonar es a aquellos que realmente nos importan. El que me toca un bocinazo por la calle, o el mozo del restaurante que me trae la comida helada, o aquél conocido que no me saluda no me hieren al punto de necesitar perdonarlos...Son situaciones intrascendentes en mi vida...
A los que sí necesitamos perdonar son a nuestros padres, al esposo/a, al amigo/a del que experimentamos una traición, a un hijo/a, a aquellas personas que nos han dañado profundamente. Y también perdonarnos a nosotros mismos...
Es una innegable realidad:  el perdón nos libera de pesadas mochilas...La vida cambia para bien, y aunque no olvidemos la agresión ya no nos afecta en nada...
Insisto en que es una GRACIA. Y como toda gracia hay que pedirla y nos la concede Dios. 
@Ale Vallina

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