¿Cómo rezar con la palabra de Dios sin interrumpir las actividades diarias?
En primer lugar, lee lentamente el texto dejando resonar en ti las palabras. Deja que ellas inunden tu ser por completo y quédate con aquella que de manera significativa resuena con más fuerza o intensidad. En segundo lugar, lleva contigo esa palabra y recuérdalo en todo momento, en cualquier situación. Verás como Dios te habla en los acontecimientos de tu vida cotidiana a través de su palabra.
«13 ¿Quién es sabio y entendido entre ustedes? Que muestre por su buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. 14 Pero si tienen celos amargos y ambición personal en su corazón, no sean arrogantes y mientan así contra la verdad. 15 Esta sabiduría no es la que viene de lo alto, sino que es terrenal, natural, diabólica.
16 Porque donde hay celos y ambición personal, allí hay confusión y toda cosa mala. 17 Pero la sabiduría de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, condescendiente (tolerante), llena de misericordia y de buenos frutos, sin vacilación, sin hipocresía.
18 Y la semilla cuyo fruto es la justicia se siembra en paz por aquéllos que hacen la paz. (St 3,13-18)»
En primer lugar, lee lentamente el texto dejando resonar en ti las palabras. Deja que ellas inunden tu ser por completo y quédate con aquella que de manera significativa resuena con más fuerza o intensidad. En segundo lugar, lleva contigo esa palabra y recuérdalo en todo momento, en cualquier situación. Verás como Dios te habla en los acontecimientos de tu vida cotidiana a través de su palabra.
«13 ¿Quién es sabio y entendido entre ustedes? Que muestre por su buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. 14 Pero si tienen celos amargos y ambición personal en su corazón, no sean arrogantes y mientan así contra la verdad. 15 Esta sabiduría no es la que viene de lo alto, sino que es terrenal, natural, diabólica.
16 Porque donde hay celos y ambición personal, allí hay confusión y toda cosa mala. 17 Pero la sabiduría de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, condescendiente (tolerante), llena de misericordia y de buenos frutos, sin vacilación, sin hipocresía.
18 Y la semilla cuyo fruto es la justicia se siembra en paz por aquéllos que hacen la paz. (St 3,13-18)»
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