Amor que cura
Día 9
Con Jesús por la mañana. “La
gente se asombraba de su enseñanza porque les enseñaba con autoridad, no como
los letrados” (Mc 1, 21-28). Jesús impactaba en la vida de su pueblo de un modo
sorprendente. El encuentro con Él era sobrecogedor e inolvidable. Su palabra
sanaba y aliviaba de las cargas y los demonios que enredaban los corazones. El
amor es capaz de suavizar las dolencias de las personas. ¿Cómo son tus
palabras, sanan o enferman? Habla con delicadeza, acoge con tus palabras, ponle
buen humor a las dificultades. Ofrece el día por la intención del Papa.
Con Jesús por la tarde. Amor que
sirve. El amor sincero es servicio gratuito y
desinteresado. Tal como Jesús que pasó sirviendo a los que lo encontraron.
Jesús te llama a amar y servir en todo.
“El
servir no es faena de seres inferiores.
Dios
que da el fruto y la luz, sirve.
Pudiera
llamársele así: “El que sirve”.
Y
tiene sus ojos fijos en nuestras manos y nos pregunta cada día: ¿Serviste hoy?
¿A quién? ¿Al árbol, a tu amigo, a tu madre? (Gabriela Mistral).
Con Jesús por la noche. Ofrecer la
vida. Tómate unos minutos para recoger lo vivido hoy.
Cierra los ojos un momento y respira hondo. ¿Qué momentos te han llenado el
corazón de alegría y plenitud? ¿A quién has ayudado hoy? Quédate unos minutos a
solas con Jesús. Cuéntale al Señor de tus preocupaciones y disponte a
entregárselos a él.
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