Almas orantes
Día 7
Con Jesús por la mañana. Desde antiguo contaban las comunidades
con la eficacia de la oración de los mayores. "¿Está alguno enfermo entre
vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con
aceite en el nombre del Señor" (Sgo 5,14). Numerosos mayores son almas
orantes, agradables a Dios. La oración de nuestros abuelos son escudo y
fortaleza para toda la Iglesia. Únete a la oración de los mayores cercanos a
ti. Agradéceles su servicio orante y acompáñalos a orar. Profundiza tu devoción
en las oraciones de este día y ofrécelo por la intención del Papa.
Con Jesús por la tarde. “No todo el que me diga: Señor, Señor,
entrará en el reino de los cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre que
está en los cielos” (Mt. 7, 21- 22). La fe es concreta y se manifiesta en
actitudes. Aprovecha el desafío de este mes para crecer en el estilo
evangélico. Acompaña a orar a los mayores y no dejes de agradecer su servicio. Repite
al ritmo de tu respiración: “Señor que mi fe se muestre en obras”.
Con Jesús por la noche. Recoge tu día. Busca un momento de
sosiego interior. ¿Qué viviste hoy? ¿Cómo fueron los encuentros? ¿De qué estás
agradecido? ¿De qué deseas pedir perdón? ¿Qué te propones para mañana?
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