Misericordia
Día 20
Con Jesús por la mañana. “Dice
una expresión que se emplea mucho en la liturgia católica: Danos entrañas de
misericordia ante toda miseria humana…Esto nos habla de la capacidad de
conmovernos, estremecernos, inquietarnos ante lo que ocurre a nuestro
alrededor, o incluso ante lo que vemos lejos. Tener entrañas de misericordia es
la capacidad de darnos cuenta de esa conexión primera…con los otros… ser
sensible para vibrar y comprender sus historias, lamentar sus dramas y
compadecer sus lágrimas” (José M. Rodríguez Olaizola). ¿Qué te dicen a ti estas
palabras? Acércate a alguien que sufra y necesite tu amor. Ofrece el día por la
intención del Papa.
Con Jesús por la tarde.
"Jesús se detuvo, y mandó que se lo trajeran y, cuando se acercó, le
preguntó: ¿Qué quieres que haga por ti? Él dijo: ¡Señor, que vea! Jesús le
dijo: Ve. Tu fe te ha salvado. Y al instante recobró la vista, y le seguía
glorificando a Dios" (Lc 18, 40-43). ¿Qué quieres que Jesús haga por ti?
Pídeselo con confianza. Renueva el propósito de la mañana mientras al ritmo de
tu respiración repites: "Jesús, ten compasión de mi".
Con Jesús por la noche. Descubre la novedad. Cada día es una oportunidad para que descubras las novedades en las que
Dios se te hace presente. Pasa por el corazón lo que viviste, personas,
acontecimientos, lugares ¿Qué novedades descubres? ¿Cómo las has vivido, las
recibiste o las has resistido y rechazado? ¿Descubres a Dios presente en ellas?
¿Qué aprendiste? Agradece a Dios.
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