Nunca olvidar al hombre
Día 17
Con Jesús por la mañana. “¡Este es el imperativo! Amar y servir
al hombre con conciencia, responsabilidad, disponibilidad. Trabajar para el que
trabaja y no olvidar al que quisiera trabajar y no puede hacerlo. Y ello no
como obra de solidaridad, sino como deber de justicia y de subsidiariedad.
Sostener a los más débiles, para que a nadie le falte la dignidad y la libertad
de vivir una vida auténticamente humana” (Papa Francisco). ¿Cuidas a quienes
trabajan contigo, te interesas por ellos? ¿Procuras su desarrollo y crecimiento
personal y laboral? Oremos con el Papa por la intención del mes.
Con Jesús por la tarde. “Pero el Señor le dijo: Ustedes los
fariseos limpian por fuera la copa y el plato, y por dentro están llenos de
robos y malicia. ¡Insensatos! El que hizo lo de fuera, ¿no hizo también lo de
dentro?” (Lc 11, 39-40). ¿Compartes en tu servicio apostólico y en tu trabajo
con quienes mantienes diferencia de criterio? ¿Escuchas con atención a quien
piensa diferente? La coherencia es una virtud práctica. Pide a Dios: “Señor,
muéstrame mis incoherencias” mientras renuevas el propósito del día.
Con Jesús por la noche. Detente. Tómate un momento y sé
consciente de lo que has vivido hoy. ¿Qué te llena de alegría? ¿Qué te hace
perder la paz? ¿Dónde tienes puesto tu corazón? No se puede sentir plenitud
interior si no sabemos hacia dónde va nuestra vida.
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