Misioneros
Día 30
Con Jesús por la mañana. “Ser misioneros es atender, como el
buen samaritano, las necesidades de todos, especialmente de los más pobres y
necesitados, porque quien ama con el corazón de Cristo no busca su propio
interés, sino únicamente la gloria del Padre y el bien del prójimo” (Benedicto
XVI). Siendo misioneros somos “servidores y mensajeros del Evangelio”. Dedica
parte de tu tiempo para compartir y colaborar con los más débiles y
desfavorecidos de nuestra sociedad. Ofrece tu día por la intención del papa
para este mes.
Con Jesús por la tarde. “El Señor le respondió: ¡Hipócritas!
cualquiera de ustedes, aunque sea sábado ¿No suelta al buey o al asno del
pesebre para llevarlo a beber? Y a esta hija de Abraham, a quien Satanás ha
tenido atada dieciocho años ¿no había que soltarle las ataduras en sábado?” (Lc
13, 15). ¿En tus actitudes, priorizas el cumplimiento o el amor? ¿Qué miras en
los demás, el amor entregado o sus fragilidades? ¿Juzgas con prisa? Mientras
actualizas el propósito del día, pide a Dios: “Señor dame entrañas de misericordia
ante toda miseria humana”.
Con Jesús por la noche. Explorar tu interioridad. Agradece el
día que termina. ¿Qué sentimientos estuvieron presentes durante el día? ¿Qué
temores tienes? ¿Cuáles son las situaciones que te hacen feliz? ¿Cuidas de aquello
que te hace feliz?
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