Tu misión: acoger



Día 5

Con Jesús por la mañana. “¿Qué esperas, Señor, de mí? Me pides ser en toda situación como un reflejo de tu presencia; me invitas a hacer bella la vida para aquellos que tú me confías. Son innumerables los que tienen un deseo de reconciliación que toca el fondo del alma. Señor, yo aspiro a este gozo infinito: tener un mismo amor, un solo corazón, una sola y misma comunión” (Hermano Roger de Taizé). Acoge a tus hermanos en sus dificultades. Acércate hoy a alguien que necesite apoyo y tiéndele tu mano. Ofrece tus actividades por la intención del Papa Francisco de este mes.

Con Jesús por la tarde. “¡Qué poderosa es la palabra de este hombre! ¡Manda con autoridad y poder a los espíritus inmundos y salen!”  (Lc 4, 31-37). Escucha la Palabra del Señor, llévala a tu vida para liberarte de lo que te hace daño. Pide al Señor que te sane el corazón. Repite, al ritmo de tu respiración: «Señor Jesús me pongo a tu disposición, tú eres el Santo de Dios».

Con Jesús por la noche. Pon un nombre a tu día. Si pudieras resumir lo que has vivido hoy en una sola palabra ¿Cuál sería? ¿Por qué pondrías ese nombre? ¿Cuál fue ese momento que marcó hoy tus actividades? ¿Qué sentimiento ha predominado? ¿Cómo cierras el día y cómo te dispones a iniciar uno nuevo?

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