Evangelizar
Día 7
Con Jesús por la mañana. «Dos sedientos Jesús mío, Tú de almas y
yo de saciar tu sed, ¿Qué nos detiene pues?» (Santa Laura Montoya). ¿Qué te
detiene a la hora de compartir el mensaje de amor de Cristo con los demás?
Anímate a llevar a otros la misericordia del Señor, a través de tus gestos y
actitudes con tus hermanos. Recuerda que evangelizar también es amar como Él
nos amó. Pon amor en todo lo que hagas y muéstrate cercano en los encuentros
con tus hermanos. Ofrece tu día por la intención del Papa Francisco.
Con Jesús por la tarde. «Maestro, estuvimos toda la noche
intentando pescar, sin conseguir nada; pero, sólo porque tú lo dices, echaré
las redes. Lo hicieron y capturaron una gran cantidad de peces» (Lc 5, 1-11).
Cuando pruebas la amargura del fracaso y la desilusión, adhiere todos tus
proyectos al corazón amoroso del Señor. Si confías en su propuesta, Él hace el
milagro. Pide con fe: «Que mi voluntad se adhiera a lo que Tú quieres, por Ti
echaré mis redes».
Con Jesús por la noche. Da gracias y pide luz. Aunque a veces
no lo notes, Dios te acompaña en todos los momentos del día. Pídele la luz para
recoger tu día. ¿Cómo has vivido el día de hoy? ¿Has reconocido a Jesús a tu
lado hoy? ¿Qué te gustaría agradecer de la jornada? ¿En qué situación podrías
haber actuado con más amor? Entrega tus preocupaciones al Padre del cielo para
que las suavice.
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