Cerrados al amor
Día 3
Santo Tomás Apóstol
Con Jesús por la mañana. “El pecado es verdaderamente una
expresión de rechazo de su amor, con la consecuencia de cerrarnos en nosotros
mismos, engañándonos al creer encontrar mayor libertad y autonomía. Pero lejos
de Dios ya no tenemos una meta, y de peregrinos en este mundo nos convertimos
en errantes. Un modo común de decir es que, cuando pecamos, nosotros le damos
la espalda a Dios” (Papa Francisco). Dios desea darte Su misericordia más que
tú recibirla. ¿Qué dimensiones de tu vida necesitan de la misericordia de Dios?
Anímate y háblalo con El Señor que te espera.
Ofrece tu día por la intención del Papa.
Con Jesús por la tarde. “Tomás, uno de los Doce, llamado el
Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le
decían: Hemos visto al Señor. Pero él les contestó: Si no veo en sus manos la
señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto
la mano en su costado, no lo creo” (Jn 20, 24-25). Jesús te invita a salir del
encierro. ¿Qué tristeza, dolor, preocupación quieres meter en las llagas de
Jesús para que Él transforme? Repite al ritmo de la respiración: “Señor mío y
Dios mío”.
Con Jesús por la noche. Repasa los
acontecimientos. Trae a
la memoria los acontecimientos vividos desde las primeras horas del día. NO
juzgues, sólo pasa por el corazón lo que has vivido hoy como si fuera una
película. ¿En qué acontecimiento reconoces a Dios presente? ¿En qué momento
diste lo mejor de ti? ¿Qué te propones para mañana? Pide ayuda a Dios.
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