Amenazados de amor
Día 9
Con Jesús por la mañana. El Reino de Dios predicado e instaurado
por Jesús es universal, nos alcanza a todos. Todos estamos “amenazados” de
amor, aún aquellos que están alejados de Dios. Reflexiona: ¿Amas a los demás
como son y los valoras o los juzgas con dureza y exigencias a tu medida?
¿Aceptas la diferencia en tu hermano y te enriqueces con ella o lo criticas?
Haz un propósito concreto de crecer en el amor y la compasión. Ofrece tu día por la intención del Papa.
Con Jesús por la tarde. “En aquel tiempo, exclamó Jesús: Venid
a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré” (Mt. 11, 28).
¿Dónde tienes puesto tu corazón? ¿Dónde buscas reponer tus fuerzas? Sólo el
Amor de Dios saciará tu sed y tus vacíos. Repite al ritmo de tu respiración:
“Señor, Tú eres mi reposo”, mientras concretas el propósito del día.
Con Jesús por la noche. Revive tu
historia. Al cerrar la
semana repasa lo vivido en ella. ¿Ha habido novedades que te han ayudado a
crecer? ¿Qué acontecimiento te ha llenado de gozo? ¿Qué sentimientos recuerdas
con más fuerza? ¿Qué palabras aún te resuenan? ¿Recuerdas alguna imagen que
quede grabada en el corazón? ¿Qué encuentros te han llenado de alegría?
Agradece a Dios lo vivido y disponte a iniciar una nueva semana.
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