¿Para qué vives?
Domingo
15
Con
Jesús por la mañana. ¿Qué
queremos todos sino ser amados? En la vida hay dilemas que resolver. Aquí va
uno: vives para ti mismo o para amar y servir junto a otros. Vivir para amar y
servir es costoso, bello y fecundo. Por eso el mundo se divide entre las
personas que buscan ser amadas y las personas que buscan amar. Tú dices “amar”, pero te quejas porque te cansas
de dar, ¿es que acaso amas porque buscas ser amado? No te equivoques. El
desafío no sólo es amar, servir y dar a otros, sino la intención con la que tú
lo haces. ¿La finalidad de tu amor es el otro o tú mismo? Escoge a quien más
necesite para brindarle tu amor y recibirás el amor que deseas sin siquiera
proponértelo. Ofrece todo lo que hagas por las intenciones del Papa.
Con
Jesús por la tarde. «Juan
dio este testimonio: -Contemplé al Espíritu, que bajaba del cielo como una
paloma y se posaba sobre él. Yo lo he visto y atestiguo que él es el Hijo de
Dios» (Jn 1, 32 34). Tu modo de vivir es un anuncio. ¿Qué vas anunciando
mientras vas de camino? ¿Qué dice tu vida de ti mismo? Alegra con tu vida a los
demás. Repite al ritmo de tu respiración «Señor, hazme consciente del
testimonio que doy con mi vida» mientras continúas poniendo en práctica el
propósito del día.
Con
Jesús por la noche. Repasa
y cierra tu semana. ¿Qué situaciones te han dejado paz y cuáles no? ¿Qué te
hubiera gustado que fuera diferente? ¿Qué bien has podido hacer y qué daño has
ocasionado?
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