El milagro de cada día
Miércoles
18
Con
Jesús por la mañana. «Cada
día es una especie de milagro. No pasa un día sin que llegue una delicada
atención de Dios, un signo de su solicitud. El milagro más grande es que Dios
se sirve de pequeñas cosas como nosotros. Nos usa para hacer su trabajo. Deja
que Dios te use sin consultarte» (S. Teresa de Calcuta). Cierra tus ojos un
momento y pon en las manos de Dios todo lo que eres y todo lo que tienes. Deja
que Él te tome. Existe alguien cerca tuyo que hoy necesita oír la voz de Dios
en tus palabras de consuelo. Ofrece todo lo que hoy vivas por las intenciones
del Papa.
Con
Jesús por la tarde. «Jesús
les preguntó a los fariseos: -¿qué está permitido en sábado? ¿Hacer el bien o
el mal? ¿Salvar la vida o dar muerte? Ellos callaban. Entonces Jesús los miró
indignado, aunque entristecido por la dureza de sus corazones y dijo al hombre:
-Extiende tu mano» (Mc 3, 4-5). ¿Te encuentras ante una situación difícil y no
sabes qué decisión tomar? Pregúntate, ¿qué haría Jesús en mi lugar? Repite al
ritmo de tu respiración «Señor, dame valor para enfrentar las situaciones
difíciles y sabiduría para decidir» mientras continúas poniendo en práctica el
propósito del día.
Con
Jesús por la noche. Hazte
consciente. Dios te acompaña en el camino, aprende a reconocer su paso para
crecer en sabiduría interior. Recuerda los momentos vividos y las personas que
estuvieron en ellos. Agradece todo lo que hoy vino a tu día. Pide luz… ¿De qué
te hiciste consciente hoy? ¿Qué has aprendido? ¿Hay necesidad de enmendar algo
o pedir perdón?
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