Cambiar el mundo
Domingo
29
Con
Jesús por la mañana. «¡Qué
maravilla poder morirse sabiendo que nuestro paso por el mundo no ha sido
inútil, que gracias a nosotros ha mejorado un rinconcito del planeta, el
corazón de una sola persona! ¡Y qué espantosa esterilidad la de descubrir, a la
llegada de la muerte, que hemos sido el bufón de muchos, pero que los más nos
despreciaban a la misma hora en que nos admiraban, aplaudían o rociaban de
incienso!» (J. L. Martín Descalzo). No te desanimes frente a la incomprensión.
Ten fe en lo que crees y en lo que haces! Ofrece tu día por las intenciones del
Papa.
Con
Jesús por la tarde. «Felices
los pobres de corazón, porque el reino de los cielos les pertenece» (Mt 5,3).
Acepta con paz lo que te traiga del día de hoy. No esperes que todos los días
sean como imaginas. Dios te ama y te cuida en toda realidad. Repite al ritmo de
tu respiración «Señor, dame serenidad para aceptar las cosas que no puedo
cambiar», mientras continúas poniendo en práctica el propósito del día.
Con
Jesús por la noche. Repasa
y cierra tu semana. ¿Qué situaciones te han dejado paz y cuáles no? ¿Qué te
hubiera gustado que fuera diferente? ¿Qué bien has podido hacer y qué daño has
ocasionado?
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