Servir a mis hermanos
Viernes 22 de julio
Con Jesús por la mañana. María Magdalena se pone en marcha para anunciar que Jesús
ha resucitado. La comunidad que es el lugar del encuentro con el resucitado y
del servicio generoso a los hermanos. «En esto conocerán que son mis
discípulos, en el amor que se tengan unos a otros» (Jn 13, 35). Jesús había
dado el ejemplo en la última cena de la que ella seguramente había participado,
lavando los pies a sus amigos. El amor ha de ponerse más en gestos que en
palabras, dice San Ignacio. El liderazgo es servicio. Ofrezco mi día por las
intenciones del Papa. ¿Cómo expreso el amor que tengo a otras personas? ¿Qué
gestos concretos de amor tengo para con ellos?
Con Jesús durante el día.
«Ve a decirle a mis
hermanos. Subo a mi Padre, el Padre de ustedes, a mi Dios, el Dios de ustedes»
(Jn 20,18). ¡Sonríe! La vida es mejor si te lo tomas con una sonrisa. Sé
una persona disponible si alguien te pide ayuda. No pongas excusas ni retacees
la atención hacia ella. Busca que tu recompensa venga del cielo, no reclames
por lo que das a otros.
Con Jesús por la noche. Agradezco a Jesús el día. ¿Qué sentimientos me deja el
servicio? ¿Espero que me agradezcan y me reconozcan? Pido perdón. Mañana pediré
un corazón grande que valore la gratuidad como centro del servicio. Rezo porque
los pueblos indígenas reciban el cuidado y atención que necesitan.
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