Sencillo y oculto



Martes 12 de julio

Con Jesús por la mañana. Y Jesús vivió como uno de nosotros, disfrutando, aprendiendo, sufriendo, descubriendo en la vida cotidiana cuál sería la invitación que Dios Padre tenía para Él, ser el Mesías, el Salvador. La mayor parte de su vida pasó sin estridencias, mezclado entre amigos, quehaceres en el taller de José, ayudando a María y ganando el dinero necesario para sostener el hogar… pura, vida de familia, y allí se gestó la salvación. A Jesús lo conocemos por lo que hizo por amor a nosotros, no sólo en su vida pública sino mientras nadie conocía de Él. «La sabiduría se conoce por sus obras» (Mt 11, 19). Ofrezco mi día por las intenciones del Papa. Reflexiona, ¿Qué dice tu vida cotidiana de ti?

Con Jesús durante el día.  «El que encuentre su vida la perderá; y el que pierda su vida por mí la encontrará» (Mt 10, 39). Vive intensamente, entrégate y sé generoso con tu tiempo. Pon energía en tu trabajo, en tus encuentros, en cada momento que te toque vivir. Disfruta del «hoy» como si fuera tu último día: ¡Ama!

Con Jesús por la noche.  Agradezco el día a Jesús. ¿Pude entregarme plenamente a las tareas de hoy? ¿o viví con retaceos? Pido perdón. Mañana seré generoso con mi vida, entregándome a otros. Pido para que los pueblos indígenas sientan el respeto de todos por sus tradiciones y culturas.

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