«La mayoría de nosotros, que hemos sido educados en la ética judeocristiana, nos esforzamos para vivir una vida correcta. Estamos convencidos de que es preferible ser honesto, justo, abierto y amable, en vez de cruel y embaucador. Nos esforzamos por alcanzar un ideal de honestidad y cuando menos presentarnos a la vista de los demás como personas con escrúpulos, sino inclinaciones a mentir ni embaucar. Pero está también siempre el otro dentro de nosotros, el otro que mentiría y que embaucaría, al que los demás le tienen sin cuidado, porque es egoísta y avaro. Podemos tratar de vivir de acuerdo con los diez mandamientos, pero debemos recordar que éstos no serían necesarios si no existiese una tendencia a transgredirlos dentro de todos nosotros –eso es, a matar, a embaucar, a codiciar, a robar. A este otro lado más oscuro dentro de nosotros mismos podemos llamarle la “sombra. Todos tenemos un lado sombrío, un aspecto de nosotros mismos que contradice la imagen que presentamos a los demás».

John A. Sanford

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