San Pablo nos dice que no debemos “extinguir el Espíritu”
que es la presencia viva de Dios en nosotros y esa presencia de Espíritu está
dada por la capacidad de “alegría” que
podemos albergar en nuestra alma, alegría que en definitiva es la que se
contagia a los demás.
P. Javier Rojas sj
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