Muchas relaciones humanas son como los dedos entrelazados de
dos manos. Nuestra soledad nos hace adherirnos unos a otros. Este mutuo
aferramiento nos hace sufrir mucho, porque no nos quita la soledad. Cuanto más
fuerte sea el intento, mayor será nuestra desesperación en el fracaso. Muchas
de estas relaciones 'entrelazadas' terminan rompiéndose porque suelen
convertirse en relaciones sofocantes y opresoras.
Las relaciones
humanas deberían ser como dos manos unidas en oración. Podemos apartarnos sin
dejar de tocarnos con las puntas de los dedos.
Henri Nouwen.
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