Transfiguración del Señor.
Jesús se fue a un cerro alto llevándose solamente a Pedro, a Santiago y a Juan.
Allí, delante de ellos, cambió la apariencia de Jesús. Su ropa se volvió brillante y más blanca de lo que nadie podría dejarla por mucho que la lavara.
Y vieron a Elías y a Moisés, que estaban conversando con Jesús.
Pedro le dijo a Jesús: Maestro, qué bien que estemos aquí. Vamos a hacer tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.
Es que los discípulos estaban asustados, y Pedro no sabía qué decir.
En esto, apareció una nube y se posó sobre ellos. Y de la nube salió una voz, que dijo: Éste es mi Hijo amado: escúchenlo. Al momento, cuando miraron alrededor, ya no vieron a nadie con ellos, sino a Jesús solo.
Mientras bajaban del cerro, Jesús les encargó que no contaran a nadie lo que habían visto, hasta que el Hijo del hombre hubiera resucitado.
Por esto guardaron el secreto entre ellos, aunque se preguntaban qué sería eso de resucitar.
Marcos 9, 2-10
Preguntas que nos pueden ayudar a rezar el Evangelio de hoy:
1¿Qué espacios me doy para poder encontrarme en silencio con Dios y descubrir lo que Él me quiere revelar? ¿Con qué frecuencia me doy estos espacios?
2¿En los senderos de Dios suelo caminar acompañado o me vivo con autosuficiencia?
3¿Qué luces de Dios he encontrado en mi vida aun en momentos de gran oscuridad?
4¿Cómo se ha dado en mi vida la experiencia de la Transfiguración del Señor?
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