La sangre de Cristo tiene el poder de cubrir tu vida de bendiciones. Esto no significa que “disuelva” mágicamente tus problemas y dolores. Sino que te ayuda a pasar las pruebas y las “oscuras quebradas” con esperanzas renovadas. Te permite vislumbrar un “aprendizaje” de la situación que hoy encoge tu corazón y te muestra las “fuerzas” de Dios que te habitan.
No te rindas. No claudiques. Cuando se cierra una puerta siempre se abre un portón.
@Ale Vallina
Comentarios