Podemos pedir a Dios "¡Oh Señor, envía tu
Espíritu!", pero debemos buscarlo, alimentarlo. Para esto es nuestra
oración, la lectura frecuente del Evangelio, la participación activa en la
Eucaristía... y el compromiso en
servicios concretos que mantengan vivo nuestro espíritu de servicio. Examinar
ante Dios si cultivo esa planta o espero que crezca sola, o me conformo con que
no crezca...
Ven, Espíritu Creador,
visita el corazón de tus hijos.
Llénalos de tu fuerza,
Tú que los has creado.
Tú que eres el Salvador,
regalo del mismo Dios,
fuente viva, fuego, amor,
dulzura y fuerza de Dios.
Da luz a nuestros sentidos,
pon amor en los espíritus,
llena de tu fortaleza
la debilidad de nuestras vidas.
Aleja nuestros temores,
concédenos la paz,
haz que, guiados por Ti,
nos liberemos del mal.
Haz que conozcamos al Padre,
que comprendamos a Jesús,
y que siempre creamos
en Ti, Espíritu de la vida.
Demos gracias a Dios Padre
y al Hijo, Jesús resucitado,
y al Espíritu vivificador,
por los siglos de los siglos.
José Enrique Ruiz de Galarreta SJ
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