CREEMOS EN EL
ESPIRITU SANTO…
Cuando
tenemos una esperanza total en la vida, a pesar de nuestras caídas y nuestra
dudas.
Cuando se
siente la desesperación y, sin embargo, se experimenta un consuelo interior que
nadie nos puede quitar.
Cuando experimentamos
el desgarrón de la muerte propia o ajena y la sabemos asumir con fe y
esperanza.
Cuando
aceptamos libremente una responsabilidad, aunque no tengamos claras
perspectivas de éxito y de utilidad.
Cuando
vivimos con serenidad y perseverancia la existencia de cada día, a veces
amarga, decepcionante y aniquiladora, y la aceptamos por una fuerza, cuyo
origen no podemos abarcar ni dominar.
Cuando nos
entregamos sin condiciones y cuando el caer se convierte en un verdadero estar
de pie.
Cuando en el fondo
de nuestras interrogantes y nuestros conocimientos nos sentimos abrazados por un
misterio que nos acoge y nos salva y que experimentamos como el fondo más
profundo y auténtico de nuestro ser.
Cuando
vivimos las tinieblas del aparente sin-sentido en nuestra vida, porque
esperamos una promesa que no podemos
entender.
Cuando
vivimos las experiencias fragmentarias del amor, la belleza y la alegría, como promesa del amor, la belleza y la
alegría plena que un día recibiremos junto a Dios.
Cuando somos capaces
de orar en medio de las tinieblas y el silencio, sabiendo que siempre somos
escuchados, aunque no percibamos una respuesta que se pueda razonar.
Karl Rahner
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