Practica el silencio. Porque la voz de Dios se puede oír en la intimidad del corazón sólo cuando la lengua está callada... El silencio es el habla del buscador espiritual. El habla suave y dulce es la expresión del amor genuino. El odio aúlla, el miedo chilla, la presunción pregona; mas el amor arrulla, apacigua, aplica bálsamo.
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