“La profundidad del amor se mide por las pequeñas alegrías que se dan los cónyuges y también por las pequeñas heridas que reciben, pero no heridas que provienen de los oscuros manantiales del egoísmo, sino de aquellos otros que son necesarios para los procesos de adaptación e integración.
En el verdadero amor se ocultan fuerzas singulares para resolver las contrariedades de la vida y para no detenerse en la marcha ascendente de la búsqueda de la perfecta alegría.
Los amantes usan un idioma desconocido para, las que no aman: una mirada, un suspiro, un momento de silencio, actitudes que expresan más que todas las palabras del lenguaje humano".
Ignacio Larrañaga. Un Matrimonio Feliz

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