Señor Jesús, hoy sigues llamando a muchos jóvenes, para que estén contigo y anuncien el Evangelio. Dales la fortaleza y la generosidad para que se liberen de todas las ataduras que anudan su corazón. Sé tú mismo, Señor, su libre libertad para que puedan seguirte. Que todo lo que tienen ahora por ganancia, al conocerte a ti lo tengan por pérdida. Que atraídos por ti se animen a venderlo todo, a darlo a los pobres y entreguen su propia vida en la honda sencilla alegría de tu pobreza.
Que la esperanza de tu Reino los seduzca hasta el fondo de su ser… Que pongan sus pies donde tú pusiste tus pasos, comulgando con tu vocación y tu destino. Haz que mañana, como apóstoles humildes, lleven tu presencia a los hermanos. Envía, Señor, muchos jóvenes capaces a la Compañía de Jesús.
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