«... y verás con claridad... » Lc 6, 42
«Amar no es proyectar sino descubrir. Una mirada libre de egoísmo es la que puede descubrir la bondad del ser humano. Por ello, amar verdaderamente es estar abierto a la sorpresa y la novedad del otro. No puedo amar con sinceridad si con la mirada juzgo con dureza a los demás. ¿Cómo puedes pretender descubrir a Dios si tu mirada está teñida de rencor y resentimiento? «Saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás con claridad» (Lc 6, 42) Mientras te preparas a contemplar el nacimiento del Hijo de Dios, no te olvides de preparar el corazón para recibirlo. Recuerda que los ojos son las ventanas del alma y quien se asoma a ellos descubre la grandeza o estrechez del corazón humano. Reconcilia tu corazón y entonces verás con claridad el nacimiento del niño Dios.» (Javier Rojas SJ)
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