No podemos negar que Dios nos ama con locura. Que somos sus hijos, cada único predilecto a sus ojos. Tanto es así que envió a su Hijo unigénito para que naciera entre nosotros. 
Bendita la Virgen Madre que lo tuvo en su seno nueve meses. Bendito San José que cuidó de María y de Jesús con verdadero amor paternal. Benditos los pastores que fueron testigos del misterio del nacimiento...Benditos los Reyes Magos que llegaron para honrar al Niño y se postraron en señal de reverencia ante Él. Los ángeles colmaron el lugar con sus luces y su alegría. El pesebre de Belén fue, y sigue siendo, motivo de fiesta universal...
A días del evento más emotivo que celebramos los cristianos, no podemos dejar de asombrarnos ante tamaño acto de amor...Se hizo hombre como nosotros, aún siendo de condición divina....Se "abajó" como uno más por Amor...
La acción de gracias debería marcar estos días. Alabado sea Dios, que se hizo hombre, por nosotros. Alabada sea la Madre del Salvador. Gracias demos al Espíritu de Dios por su regalo...
En algunas situaciones difíciles que me tocaron atravesar durante estos días no sentí ni la más mínima intranquilidad, ni temor alguno. Es que si bien el Señor nace como un indefenso bebé, tiene toda la Omnipotencia de Dios y ampara a sus hijos. He sido fiel en la pruebas...No por mérito propio, sino por la gracia que viene de lo alto.
Alabado sea por siempre Dios, que nació en un humilde pesebre, pobremente envuelto en pañales, pero acunado por el amor de María y José.
Acción de gracias continuas y permanentes ante su donación sin igual!!!
Te esperamos. Ven Señor Jesús!!!

Ale Vallina
Pintura, Madonna con el niño. Rafael.

Comentarios