Silencio que edifica
Día 14
Exaltación de la Santa Cruz.
Con Jesús por la mañana. «Silencio también después de hablar,
para acoger respuestas, y dejar que las palabras planeen, en sereno baile,
hasta posarse en la rama que es uno mismo. Dios está en la palabra y en el
silencio. Ese es su secreto y su misterio.» (José María Rodríguez Olaizola sj).
¿Cómo es tu manera de dialogar? ¿Acaparas las conversaciones o haces lugar a
otros? ¿Escuchas con atención o interrumpes cuando los demás hablan? Hazte
consciente de tus palabras y tómate el tiempo para reflexionar sobre lo que
escuchas y lo que dices. Ofrece la jornada por la intención del Papa.
Con Jesús por la tarde. «Tanto amó Dios al mundo que entregó a
su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que
tengan vida eterna» (Jn 3,13-17). ¿Cómo recibes cada día las dificultades que
se te presentan? Recuerda que las pequeñas cruces diarias son oportunidades
para amar y entregarte acompañando la entrega de Cristo en la cruz. Repite: «Te
adoro, Cristo, y te bendigo, porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo».
Con Jesús por la noche. Da gracias y pide luz. Aunque a veces
no lo notes, Dios te acompaña en todos los momentos del día. Pídele la luz para
recoger tu día. ¿Cómo has vivido el día de hoy? ¿Has reconocido a Jesús a tu
lado hoy? ¿Qué te gustaría agradecer de la jornada? ¿En qué situación podrías
haber actuado con más amor? Entrega tus preocupaciones al Padre del cielo para
que las suavice.
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