Paciencia
Día
23
Con
Jesús por la mañana. Hay
un tiempo para cada cosa. Sé paciente. Cuando una puerta se cierra, se abren
otras. Si experimentas una pérdida o sientes que tus proyectos, sueños o
anhelos tardan en concretarse, no desesperes porque Dios no se ha olvidado de
ti, sólo está preparando y abonando la tierra en tu interior para responder a
tus deseos. Nada acontece fuera de la providencia de Dios, y si abrimos el
corazón y la mente, podremos descubrir el bien que brota en medio del
desconcierto de lo que te parece ahora un mal. No te dejes vencer por la
superficialidad de los hechos. Pide a Dios fortaleza en tu fe y esperanza para
no desfallecer. Ofrece tu día por las intenciones del Papa. Hoy, no juzgues a
las personas, ni a los hechos, por la apariencia.
Con
Jesús por la tarde. «El
que les dé a beber un vaso de agua, por ser discípulo mío, ... no se quedará
sin recompensa» (Mc 9,41-50). Haz un alto en el camino, ¿a quién das
generosamente de 'tu agua'? ¿Qué te motiva a hacerlo? Repite al ritmo de tu
respiración: "Jesús, lo que hago, quiero hacerlo por ti"
Con
Jesús por la noche. Detente.
Tómate un momento y sé consciente de lo que has vivido hoy. ¿Qué te llena de
alegría? ¿Qué te hace perder la paz? ¿Dónde tienes puesto tu corazón? No se
puede sentir plenitud interior si no sabemos hacia dónde va nuestra vida.
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