Encender la propia vida
Sábado
3
San
Francisco Javier
Con
Jesús por la mañana. Ignacio
de Loyola en una oportunidad preguntó a aquel joven Navarro. «Javier, ¿de qué
le servirá al hombre ganar el mundo entero, si pierde su alma?» (Mt 16, 26). Y
agregó: «Piénsalo bien, pues el mundo es un maestro que promete pero que no
cumple su palabra. Y aunque cumpliera sus promesas contigo, nunca podrá
contentar tu corazón. Y aun suponiendo que lo contente, ¿cuánto tiempo durará
tu felicidad? En cualquier caso, ¿podrá durar más que tu vida? Y en la muerte,
¿qué te llevarás a la eternidad? ¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo
entero, si pierde su alma?». Ofrece tu día por las intenciones del mes. ¿Quién
soy? ¿Hacia dónde voy? Deja de encarnar vidas, proyectos y sueños ajenos para
asumir hoy tu propia vida.
Con
Jesús durante el día. «Y
de camino proclamen que el reino de los cielos está cerca. Sanen enfermos,
resuciten a los muertos, limpien a los leprosos, expulsen a los demonios.
Gratuitamente han recibido, gratuitamente deben dar» (Mt 10, 7-8). ¿Tienes
tiempo para los demás? ¿Para ti? Que tu vida sea signo de esperanza y de amor
para los demás. Repite al ritmo de la respiración «Señor, quiero dar
gratuitamente lo que he recibido…» mientras continúas poniendo en práctica el
propósito del día.
Con
Jesús por la noche. Agradece
y entrega el día. Busca un lugar tranquilo, respira hondo y hazte consiente que
estás en presencia de Jesús. Da gracias por el día vivido. ¿Cómo te sientes en
este momento? ¿Qué hecho quedó resonando en ti? Tómate un momento. ¿Qué quieres
entregar a Jesús?
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