Trabajadora




3 de mayo

Con Jesús por la Mañana.  Te doy gracias mujer-trabajadora, que participas en todos los ámbitos de la vida social, económica, cultural, artística y política, mediante la indispensable aportación que das a la elaboración de una cultura capaz de conciliar razón y sentimiento, a una concepción de la vida siempre abierta al sentido del «misterio», a la edificación de estructuras económicas y políticas más ricas de humanidad. (San Juan Pablo II Vaticano 1995.)

Con Jesús durante el día. Hoy reconoceré el trabajo sencillo y silencioso de alguna compañera de trabajo o de alguna mujer de mi casa y se lo agradeceré.

Con Jesús en la noche. Al terminar el día doy gracias a Dios por el trabajo de todas las mujeres de este mundo. ¿Fui hiriente con alguna compañera de trabajo, empleada o en el hogar? Pido perdón. Mañana haré el propósito de reconocer sus esfuerzos.


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