Con Jesús por la Mañana. “María tomó una libra de perfume de nardo puro, muy costoso, ungió con él los pies de Jesús y se los secó con los cabellos. La casa se llenó del olor del perfume” (Jn 12,3-4). María, amiga de Jesús demuestra un amor profundo por el Señor “derrochando” sobre Él un perfume muy caro como regalo. Jesús se deja querer por María y recibe con cariño y buenos ojos el gesto de su amiga. Amemos y dejémonos amar con entrega y generosidad, recibiendo y dando en abundancia. Ayudaré a crear un ambiente agradable en donde esté.

Con Jesús durante el día. Me dejaré querer por quienes tengo cerca, recibiendo y agradeciendo sus gestos, su ayuda, sin exigencias, sin juicio, mirando detrás de la entrega, el amor que hay en ella.

Con Jesús en la noche. Al cerrar el día pienso: ¿Cómo recibo lo que los demás me ofrecen? ¿Soy exigente con mis expectativas o tomo con agradecimiento lo que los demás tienen para darme, aunque no sea exactamente lo que espero? ¿Me dejo querer como los otros pueden hacerlo? Pido perdón. Seré más agradecido y menos exigente con los demás.

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