Cultivar la amistad





10 de mayo

Con Jesús por la Mañana.  Jesús tenía amigas mujeres, con quienes compartía tiempo, charlas, comidas. Disfrutaba de su compañía, era recibido por ellas, pasaba días de descanso en su casa. La amistad de Jesús con ellas era entrañable, sincera y auténtica. Y a pesar de que las mujeres eran consideradas, inferiores a los hombres, Jesús las miró con respeto y con dignidad, las trató con amor y contaba con ellas para su misión. "Yendo de camino, entró Jesús en un pueblo. Una mujer, llamada Marta, lo recibió en su casa. Tenía una hermana llamada María, la cual, sentada a los pies del Señor, escuchaba sus palabras." (Lc, 10,38-40). ¿Qué tienes pendiente de agradecer a tu amiga?

Con Jesús durante el día. Hoy prestaré atención al trato que tengo con las mujeres ¿qué lugar ocupan en mi vida? ¿cómo cuento con ellas? ¿cómo las considero? Hoy me acercaré a aquella amiga con quien menos trato, o mantengo distancia y tendré con ella un gesto de amabilidad, un pequeño diálogo, un acercamiento.

Con Jesús en la noche. Al final del día, doy gracias a Dios por lo vivido. ¿Tuve con las mujeres con quienes me relacioné hoy los mismos gestos de delicadeza y respeto que Jesús tenía?  Pido perdón. Mañana trataré con más amabilidad a todos en especial a las mujeres de mi entorno.

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