Día 3
Con Jesús por la mañana: “Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, oren por sus perseguidores. Así serán hijos de su Padre del cielo, que hace salir el sol sobre malos y buenos” (Mt 5, 44 - 45). Amar a los enemigos no es ningún idealismo irrealizable, sino una estrategia para vencer al perseguidor. La heroica postura de un mártir ofrece mala imagen del perseguidor. El cristianismo es estrategia para vencer mediante la sabiduría del amor.
Propósito durante el día: Durante el día pediré a Dios por la persona que considero mi enemigo, para que logre superar los conflictos con las estrategias que brotan del amor.
Con Jesús por la noche: Doy gracias a Jesús por lo vivido hoy. ¿Qué experiencias enriquecieron mi día. Hoy, ¿Corté la cadena de generar enemigos por todos lados? Pido perdón. Mañana, buscaré que mis palabras y acciones siembren paz y armonía.
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