No dejemos que un mal momento destruya nuestra alegría
y serenidad. ¿Algo comenzó mal? ¿Nuestras expectativas van por un lado y la
realidad parece ir por otro? ¿Los planes se hunden en un mar de incertidumbres?
Es momento de bajar la cabeza con humildad y aceptar
que no todo resulta, ni resultará siempre como lo deseamos. Incluso, son esos
períodos en los que todo parece contradecir a nuestros deseos y aspiraciones,
cuando lo mejor comienza a desplegarse.
Tenemos mucho que aprender de las contrariedades. Recuerda
que cada crisis y cada dificultad tienen 3 regalos que aportarnos: una solución,
una fecha de caducidad y una gran enseñanza para nuestra vida…
@Ale Vallina
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