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Señor Jesús, tú que nos dijiste que no nos aflijamos por nada, sino que te lo presentemos en oración, hoy te suplico para que yo encuentre un trabajo que realice mi dignidad humana, que me provea lo necesario para mi familia, un trabajo que me lleve a Ti y haga de mi vida un servicio a los demás. Muéstrame como participar de un trabajo que construya una sociedad más justa, más fraterna, más solidaria y honesta. Líbrame de búsquedas egoístas, de aceptar trabajos que me corrompan o corrompan a otros, de buscar empleos que dificulten mi vida familiar y/o de cristiano. Quita de mi toda pereza, todo orgullo o todo otro desorden de mi naturaleza que dificulte la obtención del trabajo. Amén.
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¿Has visto lo irresistibles que son los rostros serenos y alegres, las personas con conversaciones optimistas y esperanzadas y las que transmiten su alegría, que no depende ni de lo que poseen, ni de lo que pierden? Posiblemente no podamos ser felices todo el tiempo. La felicidad son momentos, dicen algunos. Pero lo que nos puede asegurar cierta dosis de felicidad, y de esto estoy convencida, es el servicio desinteresado a los demás, y la aceptación y cooperación con lo inevitable. La felicidad no es un destino, es un camino. Y cada uno de nosotros escribe su propia historia en él. Recuerda que la vida siempre va hacia adelante… ¿Y entonces con los problemas y tristezas qué hacemos? Saber que van a llegar, reconocer que son parte de la vida, pero no dejar que nos quiten la paz. “Comienza el día con buena cara, que ya habrá tiempo de chupar limones…” Ama la vida que vives. Y vive la vida que amas. Y no dejes de mirar a lo alto para agradecer… ¡No te rindas!
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Aprender a cerrar ciclos es una de las lecciones más sanas en la que podemos instruirnos en la vida. En ocasiones se trata de una amistad que culmina, de un trabajo que llega a su fin, de una relación de pareja que se rompe, o tal vez de un proyecto añorado que se trunca. En todos los casos, a la sensación de pérdida y de desorientación primeras, le sigue un período de duelo, que puede ser más o menos largo, pero que en algún momento debe terminar. Para recomenzar, es importante verificar nuestras fuerzas y comprobar que nuestra voluntad y deseos nos mueven a un nuevo comienzo. La aceptación de lo sucedido- que no es lo mismo que resignación- nos ayudará a crecer como personas y a ganar en sabiduría y en experiencia. ¿Es fácil y sencillo “cerrar ciclos”?. No, no lo es. Pero “crecer” implica finalizar etapas e inaugurar con esperanzas, las nuevas oportunidades que llegan a nuestra vida. @Ale Vallina