
Entradas
- Obtener enlace
- X
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones

En el famoso dibujo de la serpiente boa que se engulle a un elefante, en la maravillosa obra "El Principito" de Antoine de Saint-Exupéry, el pequeño manifiesta que debe explicar su dibujo a los adultos "porque ellos ven solo un sombrero". Expresa que" los adultos siempre tienen necesidad de explicaciones ya que nunca pueden comprender las cosas por sí solas." Es que nos vamos haciendo adultos, crecemos y nos volvemos gente "apurada, eficiente, ocupada"...De este modo dejamos de ver lo simple, lo sencillo y, muchas veces, lo evidente. Se nos empaña la visión de tal modo que dejamos de mirar como los niños, con su pureza y su ingenuidad. Que nuestro ruego de hoy sea este: "Señor, que mi adultez no me arrebate la simplicidad y la espontaneidad de la niñez" @Ale Vallina
- Obtener enlace
- X
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones

¡Yo, pecador Señor!. Cuando me encierro en mí, no existe nada: ni tu cielo y tus montes, tus vientos y tus mares; ni tu sol, ni la lluvia de estrellas. Ni existen los demás ni existes Tú, ni existo yo. A fuerza de pensarme, me destruyo. Y una oscura soledad me envuelve, y no veo nada y no oigo nada. Cúrame, Señor, cúrame por dentro, como a los ciegos, mudos y leprosos, que te presentaban. Yo me presento. Cúrame el corazón, de donde sale, lo que otros padecen y donde llevo mudo y reprimido el amor tuyo, que les debo. Despiértame, Señor, de este coma profundo, que es amarme por encima de todo. Que yo vuelva a ver (Lc 18, 41) a verte, a verles, a ver tus cosas a ver tu vida, a ver tus hijos.... Y que empiece a hablar, como los niños, balbuceando , las dos palabras más redondas de la vida: ¡Padre Nuestro!. Ignacio Iglesias sj