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«No vayas por la vida con esa actitud»

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«A los 17 años aprendí que lección que nunca olvidaré. Un día el director del Instituto entró en nuestra clase con una inmensa hoja de papel blanco, un metro de largo por un metro de ancho, que tenía un pequeño punto negro en una esquina. La extendió ante nuestros ojos y nos preguntó: -Muchachos, ¿qué ven? Todos gritamos al unísono: -¡Un punto negro! Él movió con tristeza la cabeza y dijo: -¿Ninguno de ustedes ha sido capaz de ver esta hoja de papel blanco? Muchachos, no vayan por la vida con esa actitud». Kofi Annan (Ex-secretario de la ONU)

Poner a Dios en el centro de nuestra familia

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T ener a Dios en el centro de nuestra familia significa mucho más que la bendición diaria de la mesa o tener un crucifijo en el comedor… Tener al Padre en el centro implica diálogo amoroso con el esposo, la esposa y  los hijos; amor sin condicionamientos, sin  frases hirientes u ofensivas como “Te voy a querer si te comportás de tal  o cual manera” o “ Me has defraudado, yo quería que estudiaras tal carrera” o  “ No actuás como yo lo hubiera hecho…” Tener a Dios en el centro es sonreír a todos los que viven en mi hogar, abrazar con ganas, decirles cuánto los amo muchas veces en el día… Enseñar que Dios es un Padre bueno y que nos ama con locura, es educar a los hijos en la esperanza cristiana, es intercambiar opiniones respetando las de los otros, es divertirnos y jugar juntos… Tener a Dios en el centro de mi familia es mirar a la familia de Belén y pedir la gracia de actuar como ella en los momentos de alegría y en los de tristeza. No es tener la esta...

«La belleza de lo creado...»

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Con palabras de San Agustín: "Hay algunos que leen libros para encontrar a Dios... La belleza de lo creado es un gran libro... Contempla, examina, lee todo lo grande y lo pequeño... Dios no se sirvió de letras para que le conocieras..., sino que puso delante de tus ojos las cosas mismas que hizo." Con palabras de san Ignacio de Loyola: " No el mucho saber harta y satisface el alma sino el sentir y gustar internamente de las cosas."

«Celebrar»

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Convenía celebrar una fiesta y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto, y ha vuelto a la vida; estaba perdido, y ha sido hallado. Lc 15, 32 Celebrar es aquel verbo lleno de belleza y de misterio que reúne el descansar, disfrutar,alegrarse,  expresarse, acoger y agradar. Es un verbo que supera esta tierra, porque de algún modo la bienaventuranza del cielo no es sino una inmensa celebración... Es tan connatural al hombre, que no conocemos una sola cultura, ni antigua ni moderna, que no tenga sus rituales, sus fiestas y sus celebraciones...Ya se trate de conciertos de rock, festivales o celebraciones íntimas, todos los pueblos tienen algún género o muchos géneros de celebración. Tal parece que todos necesitamos ponernos solemnes alguna vez, y todos necesitamos llorar juntos alguna vez, y todos necesitamos alegrarnos juntos alguna vez y muchas veces...Han advertido las caras largas y la mirada agria de las personas que no celebran? Aquellas que no encuentr...

Cansados de oír y hartos de ver.

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«Indignados por lo que oímos y escandalizados por lo que vemos». Esta realidad sigue latiendo en el corazón y en los pensamientos de muchas personas en este tiempo aunque no podemos negar que el sentimiento generalizado sea de apatía y descreimiento . En muchas ocasiones hemos comprobado que la hipocresía parece ser el modo común que tenemos para relacionarnos entre nosotros. La hipocresía se pasea por nuestras calles,   adquiere prensa en televisión, espacio de difusión en las cadenas de radio y se sube a los estrados y escenarios para hablar con total descaro e impunidad. Hace tiempo que la hipocresía se ha puesto de moda pero nunca como ahora que marca tendencia entre nosotros. La hipocresía es uno de los venenos más mortales para hombre. Vivir en la hipocresía   es tal vez la manera más acertada para destruir  la confianza, la verdad y el amor. Si en nuestras familias, lugares de trabajo, en la iglesia y, sobre todo, si en l...

«Fe paciente en el lento trabajo de Dios»

Qué apurados vivimos siempre, impacientes por saber todo ya, por conocer resultados...Sin embargo todo tiene su tiempo, todo madura como debe...Confiemos en El que sabe...Dejemos a Dios ser Dios... Ten fe en el lento trabajo de Dios... Nosotros estamos naturalmente inclinados a ser impacientes en todo y queremos llegar al fin sin demora. Nos gustaría saltarnos las etapas intermedias. Somos impacientes por estar en un camino hacia algo desconocido y nuevo. Pero la ley de todo desarrollo dicta que es necesario pasar por varias etapas de inestabilidad, y esto puede tomar mucho tiempo. Creo que a ti te pasa lo mismo. Tus ideas maduran gradualmente. Déjalas crecer. Déjalas tomar forma sin apuro. No trates de forzarlas, así como tú no podrías ser hoy lo que el tiempo –es decir, la gracia de Dios y las circunstancias de la vida actuando en tu buena voluntad- te hará ser mañana. Sólo Dios puede decir lo que este nuevo espíritu que gradualmente se está formando en ti ...

«Un amor sustentable»

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El verdadero amor se sustenta en tres relaciones que se alimentan dialécticamente y que constituyen la esencia del amor cristiano. Todos sabemos que sin amor es imposible vivir. El amor es la experiencia fundante de nuestro ser. Es el acto por el cual el hombre se sabe bienvenido a este mundo. Es la actitud con la cual decimos a otro, «tú eres bienvenido», «tu presencia me es grata», «tu existencia me da vida». El amor es el ámbito propicio para el sano desarrollo del ser humano.  Lo que hace que este amor sea tan particular y se diferencie de otros amores es su  cualidad de “don”. Esta característica lo hace inconfundible entre aquellos que ostentan gratuidad pero en realidad buscan poseer y retener. La manera más rápida de matar un amor verdadero es reteniéndolo egoístamente con los puños apretados. Atesorar, guardar, retener aquello que es sí mismo se entiende como comunicación de uno a otro, y consigo mismo. Cuando el amor humano pretende poseer se ...